(El País Espera Tu Propuesta)
Criticar es fácil, destruir aún más. Construir, eso es difícil. Construir algo que funcione bien y dure por décadas es el logro de unos pocos con visión y tenacidad, pero sobretodo con talento para actuar y convertir ideas en realidades, por eso se les erigen estatuas en los parques públicos o se les recuerda en sus organizaciones o empresas. Guatemala necesita de estas personas pero no las vemos en la política, y así quedamos, esperando. Cuando al fin comentaristas, personalidades y políticos parecían estar de acuerdo en actuar para mejorar la constitución, el único consenso sobre los cambios fue que el resultado podría dejar a todos aun más descontentos de lo que ya estaban, así que era mejor, esperar.
Nuestro sistema no es original, es una mezcla de ideas que nos ha parecido conveniente copiar de diversos países y tendencias. Lamentablemente en lo que a anti-corrupción se refiere no hay receta que copiar. La separación de poderes no parece funcionar ni resolver este mal en nuestros países. Inclusive en países más avanzados la corrupción está presente. Es necesario inventar algo nuevo sin preocuparnos de las críticas de los que solo saben copiar. ¿Pero qué? Un Presidente decidido y honesto pudiera lograr mucho, pero no lo vemos venir y su éxito sería pasajero. Una modificación a la Ley Electoral que aumentara el poder de los votantes, en lugar de disminuirlo como la mayoría de propuestas en boga, nos daría esperanzas para un mejor sistema, solo que para impactar en la corrupción pudiera requerir también de un cambio de valores en nuestra sociedad o de un desarrollo que redujera la pobreza que produce votantes fácilmente manipulados por regalos y propaganda. O sea que, seguramente, tendríamos que esperar.
Si tan solo tuviéramos un hombre o mujer integro al mando de un grupo de guatemaltecos honestos, dedicado exclusivamente a investigar y llevar a juicio a los corruptos, con amplios poderes y con la contraloría como una dependencia bajo sus órdenes, podríamos no tener que esperar más. Eso, siempre que fuera independiente, preparado y valiente, agregarán algunos. Innecesario agregarlo porque una persona íntegra no cede a presiones contrarias a sus principios sin importar quien la haya nombrado, ni acepta una posición para la cual no está preparada. Ideal sí, pero un sueño imposible. ¿Quién la escogería y nombraría? Los tres poderes están siendo copados, las asociaciones profesionales y las universidades también. No pasará mucho tiempo antes de que veamos múltiples agrupaciones fantasmas integrando la Sociedad Civil y con la ONU ya probamos. Seguro esta idea no es ni funcional, ni original, pero la podemos transformar con dos puntos importantes.
Este Fiscal, tal vez adscrito al MP para no cambiar la Constitución, y cuya función única sería la de combatir el uso corrupto de los fondos públicos, sería electo directamente por todos aquellos ciudadanos que durante el año anterior hubieran pagado más de Q 5,000.00 de ISR. Lo segundo es una veintena de detalles, demasiados para este artículo, detalles imprescindibles para mantener la honestidad del individuo y a la vez dotarlo del poder necesario. Eso queda pendiente. Si a usted no le parece esta idea lo reto a proponer algo mejor, pero no espere, hágalo ya.
Enrique Maza
Guatemala, 22 de Octubre, 2014